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Mostrando entradas de noviembre, 2021

17 Leyendas: El nacimiento de la muerte

 A la mañana siguiente Roin fue el primero en despertarse, así como en levantar su castigado cuerpo por el constate viaje que no daba descanso alguno. Las hojas de los árboles se movían con un suave viento mientras que la sensación de humedad que despendría el rocío acariciaba su cara que poco a poco se había acostumbrado a los distintos climas por los que había viajado. Anduvo por la zona para buscar algo de madera que echar a la hoguera y calentar la cueva antes de volver a partir. Mientras se agachaba a coger unas ramas que parecían más secas, entre algunos matorrales se escuchó el crujir de otras ramas. Roin tembló de miedo, y con ese mismo miedo intetó echar mano a su hacha, la cual se había dejado al lado de donde había permanecido durmiendo. El miedo nuevamente golpeó su cuerpo y se ensanchó hasta que brotó de su frente en forma de sudor frío. Poco a poco las ramas se partían cuanto más cerca era el sonido de estas acompañadas de pisadas que golpeaban el suelo a un ritmo ens...

16 Leyendas; Conociéndose

  Tras un momento en el que las hermanas pudieron añorar su tiempo sintiendo que se amaban en un abrazo enmarcado por la mirada del ermitaño volvieron al mundo para ver como Roin permanecía en silencio a una distancia prudente sin enturbiar aquel sentimiento que sólo ellas compartían. Tan pronto como recuperaron la noción del tiempo unas pequeñas gotas aparecieron, haciendo tambalear las llamas de la hoguera que luchaba por mantenerse encendida. Ere y Roin corrieron a tomar las cosas que habían dejado por el suelo refugiarse de la lluvia que tomaba fuerza a su alrededor. Se ocultaron entre unas grandes rocas que se presentaban en forma triangular ante ellos, dejando aquel sitio limpio para trasladar el campamento. Mientras que ambos colocaban las cosas en silencio sintiendo cierta incomodidad por haber visto aquel instante mermado de sus manos, se dieron cuenta que Linfa había preferido sentir aquellas frías lágrimas del cielo mezclándose con la ropa que la cubría. En un atisbo de ...

15 Leyendas; La senda del viento.

  Un grito de dolor se escuchó tras la pared donde estaba la entrada por la que habían pasado, seguidamente de un golpe. Al momento, la puerta comenzó abrirse lentamente apareciendo uno de los soldados sujetando con fuerza la espada manchada de la sangre del compañero que yacía sentado en un reguero junto al marco. Ere puso detrás de ella a Linfa para protegerla al ver que los problemas habían llegado hasta su propio despacho mucho antes de lo espera, mientras que entre ambos se encontraba el ermitaño que ya había echado mano de su arma poniendo su mirada fija en aquel hombre de cara tapa y pensamientos nublados por las mentiras de un dictador asesino. El soldado inició la carrera con la espada por encima de su cabeza, mientras que algunas gotas caían en su espalda, dirigiéndose hacia Ere pero antes de llegar Roin consiguió interponerse en el camino de ambos, bloqueando con el cuerpo al soldado y agarrando con fuerza el brazo donde llevaba la espada. El forcejeo se mantuvo durante ...

14 Leyendas; El muerto

  Se encontraban ambos mirando la sangre que se había repartido entre sus armas y manos, además del reguero que se expandía en el suelo mientras que el cuerpo daba algún espasmo. Roin sintió una punzada en el corazón al ver la cara que Linfa tenía, pues el miedo en sus ojos brotó en forma de lágrimas. Tomó la bolsa de oro del hombre como se había indicado en el plan que tenían y después agarró la mano de la joven para tirar de ella y escapar de aquel lugar antes de que alguien les viera. Ambos corrieron por las callejuelas de la ciudad a un ritmo frenético sucumbido por el frenesí que le había proporcionado el asesinar a un hombre de salvaje forma, su respiración era caótica y la cabeza no encontraba cavidad donde ocultar la mirada inyectada en sangre del hombre que yacía muerto en aquella plaza. Poco a poco las calles se hacían más anchas hasta el punto de encontrar otra plaza en la parte opuesta de la muralla, donde chabolas permanecían cerradas por el miedo de las altas horas y ...

13 Leyendas; Sin pensamiento

  Salieron todos de la sala por la puerta que se encontraba al lado de la mesa en la pared opuesta, quedando solamente los aventureros con Astra quien les invitó a seguirle con un gesto de su cabeza, volviendo por el camino que habían seguido hasta la calle despidiéndose en silencio del hombre que se encontraba en la puerta de la entrada. - Ya nos conocéis – dijo Astra una vez se quedaron en la calle, donde el Sol ya no daba en ninguna de las esquinas de aquel barrio – ahora nos toca conoceros a vosotros – terminó diciendo mientras volvía a colocar sus brazos cruzados delante de su pecho. - ¿Qué quieres decir? – le preguntó Linfa. - Esa puerta que tenéis ahí es mi casa, la que medió la hermandad cuando llegué a esta ciudad, usarla para pasar la noche porque mañana necesitaremos que hagáis algo para poder confiar en vosotros – al terminar aquellas palabras apartó con una mano a los aventureros y siguió el estrecho pasillo en dirección nuevamente a la plaza. - Esto cada vez me gusta ...