22 Leyendas: el último respiro
Tras la huida los enanos terminaron en un páramo frío y nevado que se encontraba detrás de la montaña. Mientras que algunos hacían recuento de lo que habían podido salvar, otros permanecían atendiendo a los heridos.
- Nuestro hogar...- dijo el rey aguantando las lágrimas - cientos de años han sido destruidos por culpa de ese elemental- y en sus palabras se hacía notar el sentimiento que producía la ira con sed de venganza.
-¡Ni te atrevas a culpar a Hela de lo qué ha ocurrido!- le increpó Ere al oír al rey.
-¿Cómo no voy a culpar aquella elemental que, envuelta en llamas ha hecho que el legado de nuestros antepasados quede sepultado en una tumba inexpugnable?- el rey fue directamente a enfrentarse cara a cara contra la elemental para sofocar su ira.
-¡Calmaos los dos!- se interpuso entre ambos Token alzando sus manos para evitar que acabaran peleándose.
Los enanos del lugar sacaron armas y dejaron de lado sus tareas para defender al rey, mientras que Linfa y Roin se había preparado para comenzar una nueva batalla.
-No tiene sentido que nos enfrentemos entre nosotros- dijo finalmente Token con la voz menguada por la tristeza -debemos apoyarnos ahora que sabemos a lo que nos enfrentamos-.
El rey, sin mediar palabra se dio la vuelta y con ese gesto los enanos comenzaron de nuevo sus tareas pendientes.
-No tendré un conflicto con vosotras, porque al fin de al cabo nos habéis salvado la vida al luchar contra vuestra hermana- el rencor aún recorría cada parte de su cuerpo lo que provocaba que no se rindiera al perdón - pero no pienso seguir el mismo camino que vosotras, a partir de ahora marcharéis sin nuestra ayuda- el rey dirigió su mirada a Token, quien en ella veía a uno más de pueblo esperando tener la aceptación que deseaba.
-Lo siento majestad- dijo Token tras unos segundos y en el fondo del corazón del rey sabía que esas eran las palabras que iba a escuchar - pero tengo que salvar a mi hermana, lo que la oscuridad ha hecho con ella no puedo permitir que continúe y muchos puedo permitir que haga lo mismo con el resto de ellas-.
En el fondo Token esperaba que el rey cediera en su sed de venganza, pero sabía que eso jamás ocurriría mientras toda la ciudad que había excavado en la montaña continuara sepultada. Así pues, el rey no dijo nada para replicar a Token y se marchó junto con sus hermanos de aquel lugar.
-¿Qué hacemos ahora?- dijo Roin aún tenso por el momento que había pasado.
-Pese a todo, nos tocará arreglárnosla para salvar a Hela nosotras solas- dijo Ere
Y el grupo permaneció mirando durante unos segundos la mancha que dejaban los enanos al caminar por la nieve de la montaña. Por su parte, ellos empezaron su caminata en otro sentido, esperando dejar aquel lugar helado lo antes posible.
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